Cinco razones para vivir en una residencia de estudiantes

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Eugenia Arria
Humanista e investigadora
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Mi experiencia me ha dejado ver que, cuando decidimos irnos a estudiar al extranjero, una de las cosas más estresantes es buscar dónde vivir por nuestro período de estudios. Tenemos todo arreglado o, si no, al menos bajo control: la inscripción en la Universidad, nuestros documentos y títulos, el seguro médico internacional, el visado, etc. Sin embargo, nos falta una cosa: la más esencial, si se quiere, y es el cobijo de un espacio que podamos llamar propio; es decir, el alojamiento. Lo más difícil de todo es que estamos lejos y no podemos visitar apartamentos, estudios o habitaciones sin que eso amerite tomar un avión. Quizás debamos irnos una fecha anterior a la prevista, llegar a un hotel y, desde el país de destino, encontrar el lugar apropiado. Esto, para muchos, no sólo puede suponer una pérdida de dinero, sino también de un tiempo del que no disponen. Otra posibilidad es encontrar por páginas de internet una opción que nos guste a partir de las fotos mostradas, la descripción del lugar y la ubicación. Luego, contactar con el propietario y arreglar un contrato en una situación en la que tendrás que lidiar, tal vez, con tu desconfianza o la del propietario (y, en algunos casos, la de los dos) por no poderse ver cara a cara sino hasta, en efecto, comenzar a vivir en el apartamento. Éste no es un mayor problema, salvo para los paranoicos. Podrías, también, encontrar pisos compartidos en donde vivan otros estudiantes y pasar por, más o menos, el mismo proceso. Si tienes el tiempo y la disposición suficiente para hacerlo de esta manera, adelante. Pero si, en cambio, no tienes tiempo y no quieres preocuparte demasiado por encontrar tu próxima vivienda, es probable que la residencia de estudiantes sea tu mejor opción.

Lo bueno de una residencia estudiantil es que, además de simplificarte todo el proceso de búsqueda, intermediarios y negociaciones, tienes las garantías de que el lugar es tal y como te lo muestran las fotos y su descripción espacial corresponde exactamente a lo que es. Por tanto, sólo debes enviar tu aplicación junto con tu carta de aceptación de la Universidad, y será la misma administración de la residencia la que se ocupe de encontrar la habitación adecuada a tus intereses y/o necesidades. Asimismo, no deberás preocuparte de que el propietario sea confiable o no, pues lo es, es la misma Universidad. Aparte de facilitarte bastante la vida en términos burocráticos, económicos, temporales y hasta existenciales, consideramos que optar por alojarte en una residencia de estudiantes es una excelente idea por las siguientes razones:

1) En las residencias hay estudiantes de muchas partes del mundo, incluyendo del país local. Por tanto, generas una red de contactos internacional que quizás, estando en otro lugar, no sería igual de densa o cercana. Aunque lo interesante de esto es, en realidad, que te da la oportunidad de conocer personas de diferentes culturas con otras visiones del mundo: te conecta con la diferencia y la diversidad.

2) Es probable que forjes amistades para toda la vida. En una residencia existe menos la posibilidad de que te sientas solo: siempre tendrás con quien conversar, con quien estudiar, con quien comer juntos o cocinar, reír, llorar, armar planes, etc. En mi caso, por ejemplo, recuerdo estar en época de exámenes finales, ir a la biblioteca interna de mi residencia en la madrugada (hasta el amanecer) y siempre había otros como yo, estudiando. Eso me hacía sentir menos sola e, incluso, me motivaba más en mi estudio. En algunos momentos descansábamos para tomar un snack, un café o un té en el lobby y conversábamos todos, incluyendo al recepcionista. Otra anécdota positiva que recuerdo de mi estancia en una de mis residencias (en este caso, la de mi intercambio), es reunirme a cocinar y comer con otros estudiantes provenientes de otros países. Era como un intercambio cultural a través de la gastronomía. ¡Una maravilla!

3) El ambiente es puramente estudiantil, por lo que siempre habrá actividades organizadas por la residencia: paseos, juegos, deportes, concursos, charlas, debates, conferencias, entre otras, para facilitar la socialización de los residentes y contribuir en su bienestar personal, comunitario y como estudiante. Además, existe la posibilidad de que tú mismo seas quien organice equipos de deporte o grupos de áreas específicas. Por ejemplo, un grupo de lectura, un grupo de Derechos Humanos, de política, de escritura, y muchos más. ¡Puedes hasta pertenecer al Consejo de Residentes! Todo esto es positivo, ya que hace completa y activa la experiencia estudiantil como tal.

4) Tienes garantías de comodidad y seguridad en el sentido de que tienes todo incluido: el alojamiento como tal, Wi-Fi, la limpieza (en muchos casos y de acuerdo a lo que solicites), la comida (si pides pensión completa), y muchas otras facilidades como impresión de documentos, lavandería, cafetería, sala de estudios y/o biblioteca, salas de juegos, salas de computación, salas de cine, etc. Así también, es un entorno seguro, ya que tiene vigilancia las 24 horas del día.

5) Lo más importante de todo, creo, es que te enseña a convivir con los demás, con los otros, con personas que jamás has visto en tu vida y con quienes compartes historias completamente distintas. Podríamos decir que la estancia en una residencia estudiantil te hace madurar en relación al trato humano y a formar lazos empáticos que te permiten comprender mejor a los otros y/o resolver problemas interpersonales en ese momento de estadía o, incluso, en el futuro.

En fin, estas son las razones principales por las cuales creemos que la residencia estudiantil es un buen alojamiento para todos aquéllos que quieran simplificar la búsqueda de vivienda (eso sí, debes aplicar apenas seas aceptado en la Universidad, a través de su página web oficial) y para los que se van al extranjero por primera vez a estudiar, ya que el proceso de adaptación se hace mucho más llevadero y rápido. El contacto humano con otros estudiantes hacen de la residencia un buen lugar para vivir y convivir, comprender y conciliarse con los otros y abrir nuestras mentes a otras visiones de mundo; al mismo tiempo que las actividades constantes no permiten a ningún estudiante aburrirse o sentirse aislado durante su estancia. ¿Consideras que falta alguna otra razón importante?