La perspectiva mundial de viajar, nuestro motor
Viajar abre perspectivas. Viajar es una experiencia que nos permite no sólo ver y encontrarnos con la diferencia sino que además nos obliga –en el buen sentido- a conciliarnos con ella. Cuando vamos a un país extraño al nuestro tenemos la oportunidad de apreciar otras costumbres, otros ritmos de vida, dinámicas sociales, paisajes nuevos... y por muy trivial que parezca no lo es, pues nos da herramientas para comprendernos no sólo a nosotros mismos como parte de una cultura sino también al resto del mundo. ¿Cómo? Tan sólo cayendo en cuenta que el mundo no está construido bajo un mismo molde, que quizás el “buenas tardes” de Venezuela se resuelve con un “hola” en España, o que en Noruega no es normal sonreírle a cada persona que se cruce por tu camino. En pocas palabras, el viaje nos hace más abiertos, más internacionales e incluso más críticos (si a eso estamos dispuestos).
Seguramente has oído muchas veces la frase “ciudadano/a del mundo”, ¿pero esto qué significa? Este concepto hace referencia a una especie de estatus casi idílico, si no idílico, en la que nos desenvolvemos como personas en el mundo sin someternos a limitaciones geopolíticas. Es una frase que toma cuerpo en este mundo atravesado por la globalización y, a pesar de ser bastante ambigua y abstracta, sí podríamos decir que la experiencia del viaje nos comunica hacia ella, nos abre paso hacia el cosmopolitismo y a experimentar con mucha más intensidad esa globalidad, esa comprehensión total, esa completitud a la que tanto se aspira como profesional, emprendedor, artista, escritor…
¿Pero y si se te presentara la oportunidad no sólo de viajar a otro país sino además de estudiar y/o trabajar en él? ¡Es una experiencia internacional que no deberías dejar pasar! No sólo porque es un paso casi seguro hacia la tan aclamada ‘ciudadanía mundial’ sino, sobre todo, porque se te abre un espectro de múltiples posibilidades de las que, al sacar máximo provecho, aprenderás muchísimo y evolucionarás hacia la mejor versión de ti mismo/a como ser humano y como profesional. Es por esto que, sinceramente, a nosotros nos gusta hablar más de perspectiva mundial y no de ‘ciudadanía mundial’. La perspectiva mundial engloba nuestras experiencias como parte de una cultura y nuestras experiencias con otras (sea por vacaciones, viajes largos o estancias en distintas ciudades y/o países), nuestro conocimiento adquirido desde que tenemos uso de razón y nuestras constantes mutaciones a lo largo del camino del aprendizaje. No es, en efecto, rechazar la cultura de uno, sino más bien utilizarla y conciliarla con otras, ¡pero siempre siendo distintivo! Nos da la impresión que cuando se habla de ‘ciudadano del mundo’ es como si fuera una persona neutra, casi sin identidad o, mejor dicho, con una identidad de todas partes y, al final, de ninguna. La perspectiva mundial, en cambio, es la manera en que nos construimos en nuestro paso por el mundo tomando en cuenta todos los factores culturales, políticos y sociales de todos los lugares (sean dentro de un mismo país o no) que pisamos en consonancia con los factores propios; es conseguir lo mejor de nuestra cultura y de las otras para sacar lo mejor de nosotros mismos; es barajar lo aprendido en nuestro país de origen y lo adquirido de otros, por cualquier medio, y explotar lo necesario en el momento preciso; es ver el mundo que nos rodea de manera valorativa, crítica y comprehensiva; es enriquecer nuestra identidad al abrir otros abanicos de perspectiva, etc.
Dicho esto, podríamos resumir en tres puntos por los que creemos debes optar por una estancia en otro país distinto al tuyo:
1. Aprendes. No sólo aprendes cosas nuevas concernientes a tu carrera o a tu profesión sino además en torno a la cultura, a las diferencias, a las semejanzas y a las relaciones interpersonales. Y si te vas a un país en el que se habla otro idioma, ¡mucho mejor! El aprendizaje en general es clave para nuestro crecimiento personal.
2. Creces. Al aprender y comprender mejor todo lo anterior y lo presente, pasa que tus ojos se despliegan y comprendes de manera distinta el mundo que te rodea, una manera más crítica e integral. Esto aplica a ti como persona, como profesional y emprendedor. A veces puede ser un poco más duro o un poco más fácil pero son experiencias que, sin duda, te permiten crecer, madurar y volverte mejor.
3. Emprendes. Cuando aprendes, creces, evolucionas y tienes mucho más que ofrecer al mundo. Tu currículo se hace más atractivo para empresas, universidades u organizaciones en tu país o en otros. Por eso, tus oportunidades se multiplican y no sólo tendrás muchas más herramientas para conseguir un buen trabajo sino que además podrás desarrollarte también de manera independiente en cualquier área que así lo desees; y quién sabe, a lo mejor te vuelves un/a gran empresario/a, un/a gran escritor/a, un/a gran pintor/a, un/a gran inventor/a, un/a gran (insertar un sueño aquí), entre muchas cosas más.
Tenemos claro que hay muchísimas más razones para irse por unos meses o años al exterior; sin embargo aquí sólo hemos apuntado las más generales o totales, ya que de ellas, creemos, se desprenden un montón de razones más específicas. Por ello, te invitamos a que reflexiones cuáles serían las motivaciones por las cuales emprenderías un viaje al extranjero para estudiar/trabajar y nos las compartas en nuestras redes sociales o en la caja de comentarios.
La tarea de este blog es compartir nuestros pensamientos y experiencias en torno a vivir en el exterior, así como también mantener la comunicación y cooperación entre los que emigraron, los que han emigrado (y regresado) o los que piensan hacerlo alguna vez. No sólo compartiremos artículos que te podrán ser útiles en tu cotidianidad lejos de tu país de origen, sino también todo lo necesario antes de tomar el avión hacia esa otra etapa de tu vida. En fin, nuestro motor para empezar este blog es acompañarnos y ayudarnos recíprocamente, en el mejor de los casos, a la construcción de una perspectiva mundial en nuestro paso por la vida. ¡Esperamos que les guste y les sirva!
Eugenia Arria