Nunca es tarde para viajar (más)…
Eugenia Arria
Cuando alcanzamos la mayoría de edad, pareciera que también alcanzáramos la mayoría del tiempo ocupado. Esto puede variar, es verdad, según el camino que haya decidido tomar la persona. Pero si has entrado en la Universidad, por ejemplo, después de terminar el colegio, seguro te has quejado varias veces de que no tienes tanto tiempo como quisieras: te gustaría al menos contar con un par de horas más al día para poder rendir mejor en los estudios, tus aficiones y tu vida social. Luego, si consigues un trabajo después de graduarte, tu tiempo cambia de rumbo y se organiza entre el trabajo y el tiempo libre antes o después de él. Es un tiempo libre en el que debes organizar lo que quieres hacer además de trabajar. Quizás seas una de esas personas que lleva su tiempo de maravilla y no siente que los días pasan tan rápido como un relámpago. Eso es perfecto, pero ¿y los que sienten que no tienen tiempo para hacer lo que quieren? ¿Y los que dicen que no tienen tiempo -ni dinero- para viajar?
Es probable que el tiempo pase y aún sigan pensando que no pueden viajar y, mientras más pasa, que ya es demasiado tarde para irse de mochileros, digamos, por el mundo. Eso es infundado. Y te quiero decir algo: no, no es tarde para viajar; no es tarde para que empieces a viajar por primera vez ni para que empieces a hacerlo más seguido. Todos podemos tener aprietos económicos pero eso no quiere decir que no podamos ni dar un pequeño viaje a nuestra ciudad vecina: hay múltiples maneras de viajar a bajo costo y de preparase con antelación con un presupuesto escaso. Hay que jugar con los límites y con las circunstancias, utilizarlas para nuestro beneficio. Es lo mismo con el tiempo que parece que se nos va de las manos: debemos explotarlo y sacarle el mejor provecho. Si tomamos el viaje como una prioridad para nuestra integridad, el tiempo se acomodará a él. Una semana, dos semanas, un mes, tres meses… Da igual cuánto tiempo: viaja. Haz el descubrimiento de lugares otros parte de ese tiempo ocupado (o tomado). Vale la pena.
¿Por qué es tan importante viajar?, te preguntarás. En realidad, no es algo que yo pueda responder por ti, pero sí te puedo decir que su importancia radica en el aprendizaje, en la apertura a lo otro, al conocimiento y a las visiones de mundo que componen nuestro país, nuestro continente o nuestro planeta. Viajar te da mucho. Viajar te da experiencias que nadie, jamás, podrá quitarte. Invertir tiempo (y dinero) en viajar (más) es invertir en tu subjetividad, en la construcción de ti. Descubrir es descubrirse. Aprender es saber. Experimentar es vivir. Para eso viajamos, para llenarnos. Da igual la edad que tengamos o cuánto tiempo nos tome ese viaje, siempre sacamos algo de él y siempre nuestros ojos parecen adquirir una nueva tonalidad. El viaje adjunta prismas a nuestra mirada. ¿Acaso esto no es valioso por sí mismo?
Mi intención es, simplemente, incentivarte a que tomes tu mochila o tus maletas y planifiques tu siguiente viaje. No tiene que ser a un sitio lejano ni tiene que ser a un país diferente al tuyo. Sólo tiene que ser a un lugar desconocido desde el cual puedas descifrar códigos distintos a los tuyos y conocer todo aquello que está allí esperando por ser descubierto, fotografiado, contado y narrado. Viajar te da herramientas y te da, cómo no, muchas historias. Por tanto, te da vida y vidas. ¿Ya lo habías pensado? Ya ves… Nunca es tarde para viajar si te lo propones hoy.